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Subiendo a monte perdido en invierno

Mi nombre es Pablo Docal, soy de Bilbao y soy técnico de Interfonía
y de tubo neumático. Si, esos tubos que metes un cartucho (generalmente dinero
o documentos) y sale disparado por un tubo hasta algún lugar y que seguro que
has visto en algún supermercado alguna vez. Además, a veces hago también
trabajos de telefonía en la empresa. Y cuando tengo tiempo libre y sale trabajo
de ello, trabajo como técnico de sonido (sobre todo en sonorizar conciertos).
Soy de esa especie rara a los que le gusta su trabajo, lo
que me reporta y lo que aprendo en él. Lo mismo que con el deporte. Creo que en
más o menos medida, nunca he dejado de hacer deporte desde que soy pequeño…Mi
infancia transcurrió entre largas carreras en bicicleta con mis amigos, y
largos veranos en la piscina de un camping y la playa de Castro-Urdiales,
supongo que como la mayoría de los niños, que no parábamos quietos. En el
colegio mientras tanto, jugué 3 o 4 años a baloncesto, aunque para ser
sinceros, no tenía demasiada pasión en el tema.
Skate siempre divertido

Ya de adolescente, cambié el baloncesto y los patines de
línea por el Skateboard (coincidió también que me partieron el cuadro de la
bici y la dejé de lado también, de estas cosas que las vas dejando…). Pasé mi
tiempo libre en skateparks, parques, y cualquier sitio patinable llevándome de
regalo 5 esguinces de tobillo (3 en el tobillo izquierdo y 2 en el derecho) y
varios derrames en la rodilla…al final, con la llegada de la música a mi vida y
las lesiones, lo fui dejando de lado (Aunque de vez en cuando sigo patinando,
porque disfruto muchísimo, pero ya no me arriesgo tanto como cuando era más
joven y era de goma…)

Tocando con Playground allá por el 2006
Así es como llegó un lapso de tiempo de bastante parón
deportivo…pasé de los 17 años a los 22 tocando por aquí y por allá con un grupo
de Hardcore melódico llamado Playground, que para ser sinceros,
recuerdo
aquella época con muchísimo cariño. Una experiencia increíble poder llegar a
tocar con grupos de todo el mundo con los que me había criado. Increíble. Luego
llegó la época del gimnasio, para no sentirme mal del todo supongo y hacer algo
de deporte, lo combinaba con carreras populares de 10-17km…y algo de escalada…pero nada serio.

Desde entonces no he parado realmente de hacer deporte, aunque
si que volví a bajar el nivel con un segundo grupo donde toqué un año y pico,
que finalmente dejé (aunque sigo tocando en casa muy a menudo, me encanta la
música y me lo pide el cuerpo).

Tocando con Stalin en Bilborock en el Villa de Bilbao
Bilborock en el Villa de Bilbao
Y en 2012 es cuando tuve mi toma de contacto con el
Triatlón. Gracias a mi hermano, quien me propuso hacer un triatlón supersprint
(375m nadando/10km en bici/2,5corriendo) a lo que un poco escéptico acepté. Lo
que llevó a tener que ponerme las pilas…correr lo tenía un poco controlado,
nadar, llevaba años sin hacerlo (a parte de lo que puedes llegar a nadar en
verano en la playa que es más bien nada) y con la bicicleta…una bicicleta de mi
padre que me quedaba grande de talla, y que apenas me conseguía poner de pie
sin perder el equilibrio…Una vez probé, quedé atrapado, sin haber oído lo duro
que era, sin haber oído lo que era un globero, sin haber oído que estaba tanto
de moda. Me gustó, y desde entonces lo hago. Desatendiendo a las críticas hacia
este deporte, y de tanta “mediatización” por internet. Si algo me gusta, me
vuelco en ello, siempre he sido así, sino, lo dejo. Tán fácil como eso.
Trirunners, algunos de los 101.
Así que dejándome llevar, me federé, me apunté a un club,
Trirunners, y empecé a escribir este blog. Básicamente esta es mi historia, sin
mucha floritura…lo demás está en las entradas del blog 😀
Saludos!

Si no disfrutas lo que haces olvidalo